Comencemos:
*Cepillos de dientes: los hay manuales, eléctricos y sónicos
*Pasta dental: normales, con calcio o flúor, especiales para encías y para la sensibilidad dentaria.
*Hilo o seda dental: Con mango o sin él para limpiar entre los dientes donde no llega el cepillo.
*Cepillos interproximales: cuando existen espacios entre los dientes más amplios. Los hay de distintas formas y tamaños.
*Colutorios: para completar la higiene bucal. Los hay generales y específicos para el sangrado de encías, propensión a las caries o para la sensibilidad dentaria.
*Raspador lingual: para limpiar el dorso de la lengua y mejillas.
*Irrigador dental: muy útil para las personas portadoras de prótesis e implantes.
Ahora que sabemos con cuantos elementos contamos, en futuros artículos iremos desarrollando la función y el uso correcto de cada uno de ellos para que podamos usarlos de forma eficaz y así mantener nuestra boca sana y limpia.
Y no olvides ir al dentista cada seis meses para hacerte una revisión y una limpieza profesional si la necesitas.